martes, 25 de enero de 2011

REFORMAS DE PAISES Y REFORMA INTEGRAL DE EDUCACIÓN BÁSICA (MÉXICO).

De acuerdo a lo que plantean los autores Barriga, Ángel e Inclán, Catalina. Apoyo las ideas que mencionan en el texto, debido a que las reformas, según lo entendí; provienen de los organismos internacionales y que parten de un mundo completamente globalizador. Esto acarrea que los ejecutores reales de la enseñanza y educación; no conozcan bien las aristas para poder actuar con precisión, se tiene que tener una “identidad profesional” como lo exponen.

El profesorado no tiene una libertad para actuar sobre los alumnos ya que de una u otra manera las reformas se encaminan a frustrar al docente debido a que le imponen un ritmo de trabajo que no se puede llevar al cien por ciento de la noche a la mañana. Las cargas de trabajo yo como maestro las encausó a lo burocrático y lo social y dejo de lado es aspecto pedagógico con los alumnos, me enfrasco más en hacer bien la planeación estar bien con los padres de familia para no tener conflictos y cumplir con lo que se me asigna en las actividades extra escolares, como programas socio-culturales o juegos fuera del salón que no tiene ningún sentido pedagógico, si no nada más para pasar el tiempo.

Es cierto que los cambios que se han tenido en el transcurso de los últimos veinte años no han tenido el realce que se pretendía ya que los esfuerzos que pongo ante las situaciones de enseñanza no han sido del todo correctos; debido a que acepto que tengo muchas debilidades en cuanto a la apropiación de los contenidos, metodologías, y de los enfoques; pero también estoy consciente que ninguna persona nace enseñada y que cada día que pasa o cada situación problemática que se presenta genera un ambiente de aprendizaje tanto para mí como profesor como para los alumnos que atiendo.

La contante capacitación no la veo mal al contrario me sirve para ser mejor cada día o para salir de esas debilidades que no puedo cambiarlas a fortalezas. Lo que no cuadra y no entiendo es ¿por qué implementar esa evaluación fiscalizadora? en la que no se busca el saber en qué estamos fallando como docentes, si no que se usa como arma de doble filo para estar martirizando aún más el trabajo que tenemos y no profesión como lo mencionan los autores del texto en cuestión.

Los profesores al llegar un cambio en las políticas públicas y con ello las reformas deben de apropiarse de ellas y de buscar herramientas para echarlas a andar por si solos, sin ningún apoyo de las instancias gubernamentales, crear situaciones de aprendizaje lo más rápido posible sin ver en verdad los contextos en los que se desenvuelven (los docentes), es necesario partir de el lugar donde se genera el ambiente alfabetizador para tener una realidad más exacta. La esencia de la educación se ha ido perdiendo poco a poco ya que el estado mira a la educación como una carga fiscal la cual genera gastos y gastos y como se diría vulgarmente “no producción” no ganancias.

En lo que respecta al texto de Graciela Frigerio menciona que los maestros nos arraigamos a lo ya establecido. Es muy cierto ya que no somos tan abiertos a lo nuevo y queremos seguir con nuestras viejas tradiciones porque nuestra mentalidad se encapsula y no dejamos entrar a nadie por nuestro egoísmo y falta de comunicación, pero aquí cabría la pregunta ¿cómo puedo dar algo que no tengo o que no me lo enseñaron? Es necesario hacer un análisis de fondo para ver que tiene de bueno una reforma y que tiene de malo para de eso dar mi punto de vista y ver si sigo con mis viejas tradiciones o me voy por lo nuevo. “no siempre las reformas han sido buenas pero tampoco malas” Frigerio, G. (2001, pag.3).

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