martes, 25 de enero de 2011

LOS RETOS DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI.

Muchos de los docentes actualmente en ejercicio recibieron una formación pensada para la escuela tradicional donde el conocimiento no duraba. Y nuestra sociedad ha cambiado mucho, de manera que la formación permanente que la "sociedad de la información" impone a sus ciudadanos también resulta indispensable para el profesorado de todos los niveles educativos. Es necesario reconocer e incentivar la competencia y buena labor docente, su compromiso y su dedicación real, proporcionando recursos suficientes y las mejores condiciones de trabajo posible.

La mejor manera de lograr un buen entendimiento en NTICS de los docentes, es promoviendo e incentivando el uso y la integración de las TICS a partir de la consideración de sus necesidades, orientada a la acción práctica (para que no se quede solo en teoría) y, por supuesto, facilitando los adecuados medios tecnológicos y un buen asesoramiento continuo. Por otra parte, esta cada vez más sentida necesidad de formación en TIC por parte de los docentes puede aprovecharse por parte de los sistemas gubernamentales de carácter educacional para promover la no siempre tan sentida, pero a veces igualmente necesaria, actualización.

Hay que tener en cuenta que aún hay muchos docentes que vemos con recelo e indiferencia el uso de estos recursos. El origen de estas actitudes negativas por parte de un sector de los docentes suele encontrarse en alguna de las siguientes circunstancias:

Poco dominio de las TICS, debido a una falta de formación, lo que genera: temor, recelo, impotencia, ansiedad.

Influencia de estereotipos sociales, por falta de conocimiento sobre las verdaderas aportaciones de las TICS y su importancia para toda la sociedad. Así algunos docentes nos identificamos con expresiones del tipo: "son caras, sofisticadas y no han demostrado su utilidad", "son una moda", "son otro invento para vender", etc.

Resistencia sobre sus efectos educativos, por falta de conocimiento hace que no se den buenas prácticas educativas en donde se aprovechen las ventajas que pueden aportar las TICS. De esta manera, y tal vez considerando solamente experiencias se puede conocer el mal uso de estos materiales, algunos profesores creemos que deshumanizan, no son útiles, no aportan casi nada importante, tienen efectos negativos, dificultan el trabajo educativo. Prejuicios laborales: creencia de que no compensan el tiempo necesario de preparación, temor a que sustituyan a los profesores, etc.

Por ello el profesor debe ver la necesidad y la utilidad de las TIC en su quehacer docente e investigador, debe descubrir sus ventajas, debe sentirse apoyado en todo momento, porque si no lo ve necesario y factible ¿hasta qué punto se le puede forzar a una actualización de competencias tecnológicas sin vulnerar sus derechos?

Lo que debe de realizar el docente para afrontar las exigencias de la sociedad de esta época sería adquirir conocimientos,
el desarrollo de habilidades relacionadas con el rendimiento didáctico,
el desarrollo integral en la investigación en el aula, buscando continuamente nuevas soluciones a los problemas que presenta cada contexto educativo. Se busca la reflexión sobre la práctica docente.

Las competencias necesarias para una persona que se dedique a la docencia se deben contemplar mediante el conocimiento de la materia que imparte, incluyendo el uso específico de las TIC en su campo de conocimiento, y un sólido conocimiento de la cultura actual (competencia cultural) y habilidades didácticas (incluyendo la las herramientas de información), mantenimiento de la disciplina (establecer y gestionar las "reglas de juego" de la clase)aceptadas por todos, tutoría, conocimientos psicológicos y sociales (resolver conflictos, dinamizar grupos, tratar la diversidad y trabajo docente en equipo (superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma organización de las escuelas y la distribución del tiempo y del espacio). Debe actuar con eficiencia, reaccionando a menudo con rapidez ante situaciones siempre nuevas y con una buena imaginación.

El profesor debe tener entusiasmo (creer en lo que hace, vivirlo, de manera que transmita el entusiasmo y la pasión de aprender a los estudiantes), optimismo pedagógico (ante las posibilidades de mejora de los estudiantes), liderazgo (que nazca de su actuación abriendo horizontes a los estudiantes y representando la voluntad del grupo, de su dedicación y trato, de su ejemplo y valores). Debe dar afecto (no por lo que hacen, sino por lo que son) que proporcionará la imprescindible seguridad, y debe dar confianza (creyendo en las posibilidades de todos sus alumnos; las expectativas se suelen cumplir) que reforzará el impulso de los estudiantes para demostrar su capacidad.

Estas competencias, que deberían permitir desarrollar adecuadamente la capacidad del profesor es el factor determinante más influyente en el éxito de los estudiante

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